miércoles, 25 de octubre de 2017

25 de octubre del 2017



Todos los días aprendo a ignorarte, aprendo a lidiar con tu ausencia, aprendo a platicar con tu indiferencia, tu brusquedad y tu forma tajante de aparecer y desaparecer de mi vida.
No es que te piense constantemente, pero hay días que azotas mi mente como olas desbocadas en el mar, y me llegan las letras, me fluyen las frases, me sabes a recuerdos, a melancolía, a todos esos poemas que voy tejiendo lentamente con el viento, le das inspiración a mis memorias y me haces construir poesías, prosa dulce y silenciosa.
Todos los días aprendo a olvidarte, a ignorar las cicatrices, a borrar con un cincel y un martillo todas aquellas despedidas, aquellos breves y contados encuentros. Todos los días me despido de ti y la mayoría de las veces me duele hacerlo y no quiero hacerlo, todos los días borro tus ojos de los míos, todos los días hasta que no duela más, hasta que te hayas ido, hasta que me haya ido de esta historia que irremediablemente todos los días se resiste a terminar.